Vega central de Santiago
Nuestra historia
Desde 1822 en el corazón de Santiago de Chile
Un viaje a través de sabores, culturas y tradiciones
La Vega Central de Santiago es uno de los mercados más emblemáticos de Chile y un verdadero símbolo de la historia urbana y comercial de la capital. Su origen se remonta a la primera mitad del siglo XIX, cuando la creciente población de Santiago impulsó la necesidad de un espacio centralizado para el abastecimiento de alimentos. Antes de la creación de la Vega, los productos agrícolas se comercializaban en pequeños mercados y ferias dispersas por la ciudad, lo que resultaba insuficiente para una metrópoli en expansión.
En 1822, se estableció en las inmediaciones del río Mapocho el primer mercado formal de abastos de la ciudad, conocido como el «Mercado de La Vega». Este lugar nació en terrenos bajos y aluviales, lo que daba lugar a frecuentes inundaciones que dificultaban su operación. Sin embargo, la ubicación estratégica cercana al río facilitaba el transporte de mercancías desde los valles agrícolas cercanos.
Con el tiempo, el mercado creció en tamaño y relevancia. En 1895, durante el gobierno de Jorge Montt, se inició un proceso de modernización para estructurar el comercio en la zona, transformando el mercado en lo que hoy conocemos como la Vega Central. Las reformas incluyeron la construcción de galpones y pasillos cubiertos, lo que ofreció mayor comodidad tanto para los locatarios como para los compradores.
Durante el siglo XX, la Vega Central se consolidó como el principal centro de abastecimiento de frutas, verduras y productos frescos de Santiago. Su carácter popular atrajo a agricultores y comerciantes de todas las regiones de Chile, convirtiéndola en un espacio diverso y multicultural. En sus pasillos se escuchaban diferentes acentos y lenguas, y se intercambiaban no solo productos, sino también tradiciones y recetas.
Con la llegada de migrantes de países vecinos y más allá, la Vega se enriqueció aún más. Productos exóticos, especias únicas y preparaciones culinarias de diversas partes del mundo comenzaron a formar parte de su oferta, convirtiéndola en un reflejo de la identidad multicultural de Santiago.
En la actualidad, la Vega Central sigue siendo un bastión clave en la cadena de abastecimiento de la capital. Su capacidad de mantenerse operativa ante los desafíos más complejos ha sido un ejemplo de resiliencia. Durante el estallido social de 2019, cuando gran parte de Santiago enfrentaba interrupciones en el suministro de bienes, la Vega permaneció abierta, asegurando el acceso a alimentos frescos para miles de familias. Este compromiso con la comunidad se reforzó aún más durante la pandemia de COVID-19, en la que, con estrictas medidas sanitarias, continuó operando para garantizar que los santiaguinos pudieran contar con productos esenciales en los momentos más difíciles.
Hoy en día, con más de 1.500 puestos y locatarios que trabajan incansablemente, la Vega Central no solo es un lugar de comercio, sino también un punto de encuentro social y cultural. Su infraestructura moderna, que incluye sistemas de seguridad y limpieza de primer nivel, asegura que siga siendo un símbolo de esfuerzo, tradición y comunidad en la vida cotidiana de los santiaguinos. La Vega no solo es historia: es presente y futuro para quienes la consideran el corazón de Santiago.
1822
Se estableció en las inmediaciones del río mapocho
1500+
locales establecidos en la vega central de santiago
700
Camaras de Seguridad Instaladas en todo el recinto